Solsticio de verano

Yoga para dar la bienvenida al verano

En 2014 la ONU declaró el 21 de junio Día Internacional del Yoga

Hoy estamos de doble celebración, pues el 21 de junio es el comienzo del verano (solsticio) y el Día Internacional del Yoga.

¿Qué tal si lo celebramos? A continuación una pequeña sesión de yoga para simbolizar el cambio de estación y comenzar el verano con buen pie.

¿Pero simbolizar por qué, para qué? Pues muy simple, los símbolos son importantes porque nos ayudan a enlazar el mundo del pensamiento con el mundo físico.

El poder transformador del fuego

En este caso, uno de los símbolos del solsticio de verano es el fuego y, en concreto, la hoguera purificadora de San Juan (aunque este se celebra el 23 de junio). El fuego es un elemento con una gran carga simbólica en todas las tradiciones, como elemento transformador que quema lo que no sirve. De ahí lo de quemar cosas en la hoguera.

A falta de hoguera, podemos simplemente dar una intención transformadora a nuestro yoga de hoy. Ya el solo hecho de practicar genera calor, o lo que se llama en sánscrito «tapas«, ese elemento transformador que nos permitirá ir avanzando por la senda del Yoga.

Practica con intención

Pero si queremos añadirle una mayor carga simbólica, podemos empezar la sesión sentados dedicando unos minutos a identificar aquellas cosas que queremos quemar y, mejor aún, pensando con qué queremos reemplazarlas.

Saludo al sol y postura de la estrella (taraka asana)

Con esto en mente, haremos unos cuantos saludos al sol. Cuando decidamos que ya es suficiente, nos tumbaremos con los brazos y las piernas abiertos en diagonal, como una estrella, y visualizaremos el trayecto de nuestra respiración:
-> inspiración de ambos pies hasta el plexo solar ligeramente por encima del ombligo (manipura chakra);
-> espiración por ambos brazos hasta los dedos de las manos y más allá;
-> en la siguiente inspiración repetimos el trayecto a la inversa, desde los dedos de las manos al ombligo y luego a espiración hasta los dedos de los pies.

Déjate mecer por tu respiración, que adopta un cadencia oceánica, y al cabo de unas cuantas respiraciones, cesa el ejercicio y simplemente observa

¡Feliz verano!

Fotos: Nuchylee; Studiobythesea

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